Un servicio de atención psicológica a víctimas directas e indirectas en los momentos posteriores a un accidente las 24 horas del día, todos los días del año, y con cobertura territorial en prácticamente todos los municipios de Cataluña. Eso es posible desde el miércoles 25 de octubre a raíz del convenio de colaboración que firmaron los departamentos de Interior y Salud con el fin de ofrecer apoyo presencial e inmediato y atención especializada a los afectados de accidentes de tráfico en unos momentos tan trágicos y difíciles como los de tener que vivir la pérdida de un ser querido o las graves lesiones a consecuencia de un accidente de tráfico. Este servicio pretende ayudar a prevenir o, cuando menos, limitar la situación de vulnerabilidad y afrontar de una mejor manera esta realidad que tienen que vivir. El Servicio Catalán de Tráfico es quien ofrecerá este servicio, que se activará por parte de los Mossos d’Esquadra y el Sistema de Emergencias Médicas, quien lo prestará.
Begoña Odriozola, psicóloga, 57 años de vida y 28 años de profesión está especializada en la atención psicológica en trauma y luto y en la intervención en crisis en el ámbito de las emergencias médicas y catástrofes. Ha trabajado en el Servicio de Información y Atención a las Víctimas de Tráfico, adscrito al Servicio Catalán de Tráfico, y, actualmente, es psicóloga del Sistema de Emergencias Médicas.
“LA PSICOLOGÍA DE EMERGENCIAS TE DA LA POSIBILIDAD DE INTERVENIR EN EL MOMENTO EN QUE SE GESTA EL TRAUMA Y HACER ALGO”
¿Qué similitudes o diferencias tiene un siniestro vial respecto a cualquier situación de emergencia? No hay muchas diferencias respecto a cualquier otra situación de emergencia. Nosotros hablamos de incidentes críticos. Un accidente de tráfico, una explosión o un derrumbamiento de un edificio hacen que, de repente, tu vida cambie. Ya no hay planes, ya no sabes dónde estás, ya no sabes qué ha pasado, estás desorientado, no te lo acabas de creer, y tu cuerpo experimenta una serie de reacciones y respuestas que no entiendes. El accidente puede ser más o menos grave, tendrá secuelas más importantes o menos, pero siempre es algo inesperado, abrupto, que a menudo desencadena una respuesta de estrés agudo en las personas que lo sufren.
“El ACCIDENTE SIEMPRE ES ALGO INESPERADO, ABRUPTO, QUE A MENUDO DESENCADENA UNA RESPUESTA DE ESTRÉS AGUDO”
¿Qué requiere esta situación como psicóloga interviniente? Si como psicóloga intervienes en el momento del siniestro y llegas pronto, ayudas a otros a organizar a las personas dentro del escenario. El psicólogo de emergencias tiene habilidades de psicología sanitaria o de psicología clínica y de gestión de grupos humanos, como puede ser una familia, y conoce la reacción de estos grupos en situaciones de crisis. Nosotros colaboramos en la gestión de todo esto.
¿Y cuáles son las reacciones que sufren las personas afectadas por un siniestro vial? Es habitual una reacción de estrés agudo. Sensación de ansiedad muy alta, se te dispara el corazón, respiras con dificultad, las capacidades de atención y de concentración se ven afectadas, te dicen cosas y no estás entendiendo ni escuchando lo que te dicen, como si lo que te pasa no fuera real, como si no fueras tú, con muchas ganas de salir corriendo o de tener reacciones agresivas, como dar golpes, hacerte daño… Todas estas reacciones son muy peligrosas en el caso de un accidente de tráfico puesto que ocurren en la carretera. Hay que vigilar a las personas que tienen este tipo de reacciones más activas para que no empiecen a correr y se hagan daño.
¿Hay otras que puedan ser de riesgo, también? Puede haber otras reacciones que tienen más relación con la congelación, paralización, desconexión… Todo es tan intenso que el cerebro se colapsa, por decirlo de alguna manera… Estas son las que nos dan más miedo, porque cuando una persona está desconectada puede empezar a deambular, a andar, a cruzar la carretera sin ser consciente. Es una reacción que podemos entender con la metáfora del coche. Es como si estuviéramos apretando el acelerador y el freno al mismo tiempo… cuando dejas uno de los dos, el coche sale corriendo… Por lo tanto, cuando la persona se descongela demasiado rápido, se conecta rápidamente, pero la energía acumulada en su cuerpo lo impulsa a salir corriendo… Este tipo de reacciones son de riesgo y tenemos que vigilarlas. Cuando una persona está así, es importante que alguien se quede cerca de ella para vigilar que no haga nada que la pueda poner en riesgo. No siempre el que grita más es el que está peor… De aquí que nuestra intervención sea preventiva.
“UNO TIENE QUE ENTENDER QUE ESTO ES UNA CARRERA DE RESISTENCIA, QUE TARDARÁ UN CIERTO TIEMPO EN MEJORAR Y QUE NO LO PUEDE VER TODO EN TÉRMINOS DE UN ESPRINT”
¿Cuál es el momento más complicado para la víctima de un siniestro vial? A nosotros no nos gusta hablar de víctimas. Hablamos de supervivientes. Una persona afectada de accidente de tráfico me dijo hace poco que esto parece una carrera de obstáculos. Primero vemos el accidente, pero después vemos otra cosa y después otra. Todas las personas que lo han vivido saben lo que es. En la familia, además, cada cual gestiona el dolor de manera diferente… En la familia, el reto es poder entender, respetar y encajar las diferentes estrategias de enfrentamiento que tiene cada cual. Uno tiene que entender que esto es una carrera de resistencia, que tardará un cierto tiempo en mejorar y que no lo puede ver todo en términos de un esprint. En estas situaciones, tenemos que ser muy prácticos.
“TENER UNA BUENA RED DE CONOCIDOS, AMIGOS Y FAMILIA ES UN FACTOR MUY PROTECTOR DEL TRAUMA”
¿Cómo es de importante tener una red social de apoyo en este sentido? Los humanos no nos curamos solos, somos seres sociales y necesitamos que los otros nos hagan de almohada. Tener una buena red de conocidos, amigos y familia es un factor muy protector del trauma. Quien tiene una almohada difícilmente tendrá problemas. No es tan angustioso.