Cada año, en Europa, 25.500 personas mueren y 135.000 más resultan heridas de gravedad a consecuencia de un siniestro vial. Esta cifra pone en evidencia que hay que adoptar más medidas, y que estas tienen que ser más eficaces, con el fin de alcanzar la Visión Cero en el año 2050. Con esta premisa, el Parlamento Europeo aprobó este mes de noviembre la resolución no legislativa Salvar vidas: impulsar la seguridad de los vehículos en la UE (2017/2085(INI)).
La iniciativa parte de la base de que la seguridad vial depende de tres factores: vehículo, infraestructuras y comportamiento del conductor, de manera que hay que impulsar medidas en los tres ámbitos, remarcando la importancia de adoptar medidas eficaces tanto con respecto a la seguridad activa como a la seguridad pasiva de los vehículos.
En la resolución, el Parlamento Europeo propone la incorporación de sistemas de asistencia al conductor que permitan mejorar la seguridad vial y tengan un coste-beneficio favorable, así como la instalación de una serie de sistemas inteligentes para prevenir accidentes o mitigar su efecto, entre los que destacan los sistemas de control de la presión de neumáticos, de recordatorio del cinturón de seguridad o de permanencia en el carril.
Con este informe, con el que se remarca que la seguridad vial es un asunto urgente, el Parlamento Europeo pone deberes tanto a la Comisión Europea como a los estados miembros.
De esta manera, insta a la Comisión Europea a valorar la armonización del límite de alcohol en la sangre a 0,0% para conductores noveles durante los dos primeros años y para conductores profesionales; a fijar nuevos objetivos para reducir a la mitad el número de personas heridas graves en las carreteras en el periodo 2020-2030, y a obligar a la instalación de tecnología de frenada de emergencia automática que permita detectar peatones, ciclistas, autobuses y vehículos pesados, entre otras medidas.
Con respecto a los estados miembros, el Parlamento Europeo les pide que efectúen controles regulares de carretera a los conductores; que mejoren el estado de las infraestructuras, y que construyan y mantengan infraestructuras más seguras y modernas para los usuarios más susceptibles, como son peatones y ciclistas, y que también mejoren la señalización. Por último, el informe pide, tanto a la Comisión Europea como a los estados miembros, que promuevan la movilidad compartida, sobre todo en las áreas urbanas.
Hay que destacar que en Cataluña, el Plan estratégico de seguridad vial 2014-2020 (PESV), aprobado por el Gobierno de la Generalitat en enero del 2014, fija como objetivo principal la reducción del número de personas muertas en accidentes de tráfico en un 50% respecto del 2010 para dar cumplimiento a los objetivos establecidos por la UE. Además, recoge como objetivo la reducción del número de heridos graves con secuelas de por vida en un 40%, también en el horizonte 2020. EL PESV es un instrumento clave para avanzar en la mejora de la seguridad vial en la red viaria catalana y para alcanzar el objetivo estratégico de la Visión Cero en el año 2050.