Niebla: cómo conducir cuando la visibilidad es reducida

La niebla, como la nieve, es una de las inclemencias meteorológicas que, en mayor o menor medida, podemos encontrar en las carreteras catalanas en los meses invernales. Conducir con niebla puede resultar muy peligroso ya que reduce la visibilidad y, por lo tanto, aumenta el riesgo de accidente.

Con niebla, la prioridad es ver, pero, de la misma manera, es tanto o más importante ser vistos. En este sentido, el inspector Jordi Batista, jefe del Área Regional de Tráfico de Poniente, señala que “aún hay conductores que no utilizan el alumbrado en condiciones de niebla” y especifica que en la conducción con niebla “hay que tener en cuenta un antes, uno durante e, incluso, un después”. Así, nos aconseja:

ANTES: tener muy en cuenta la revisión del vehículo, especialmente con respecto al alumbrado pero también los neumáticos, ya que debemos saber que, a causa de la humedad que genera la niebla, la distancia de frenado aumenta.

DURANTE: moderar la velocidad, aumentar la distancia de seguridad, no adelantar si no es necesario y utilizar al menos las luces de cruce y, si tenemos, las antiniebla.

DESPUÉS: si dado el caso hace falta detenerse o no se puede continuar la marcha, por avería o accidente, hay que tener muy en cuenta que el riesgo de colisión aumenta y, por lo tanto, en la medida de lo posible, hay que señalizar la incidencia y, muy importante, sacar a todos los pasajeros de dentro del vehículo e, incluso, de la vía.
boira
Así pues, antes de emprender el trayecto, consultad el estado de las carreteras y las condiciones meteorológicas y, si os encontráis con niebla, adecuad la conducción a las condiciones de la vía. Recordad que esta inclemencia meteorológica reduce la visibilidad y hace que el pavimento se humedezca, factores que incrementan el riesgo de accidente.

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