Un reordenamiento necesario para el nuevo protagonista de la movilidad: la bicicleta

A raíz de los debates surgidos en los últimos meses en torno a la Mesa de la Bicicleta y al VI Congreso Internacional de la Bicicleta, celebrado en Reus, instituciones y agentes sociales han ido coincidiendo en la necesidad de ordenar la normativa jurídica que tiene que ver con el aterrizaje definitivo de la bicicleta en el espacio público urbano e interurbano. Sobre esta base, el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) y la Dirección General de Infraestructuras de la Movilidad del Departamento de Territorio han organizado, este 14 de marzo, una jornada sobre los aspectos jurídicos de la bicicleta en las ciudades, con la participación de 200 personas. En el acto también han colaborado las entidades Plataforma en Defensa de la Bicicleta i Fem Bici. En la inauguración, la directora de l’SCT, Eugenia Doménech, ha destacado la necesidad de “respeto y empatía entre todos los usuarios para caminar hacia una movilidad sin víctimas y hecha a medida de las personas”.

Foto bicis a ciutat

No son nuevas las quejas del sector sobre una preeminencia de la normativa a favor de los vehículos a motor y de una cierta incoherencia en leyes, reglamentos y ordenanzas en el tratamiento y definición de los ciclos, pero cada día que pasa, la implantación de la bicicleta y de otros vehículos similares, con soporte eléctrico o parcialmente motorizado, hace más urgente una actualización legal. Y la presencia en la jornada de agentes de los Mossos d’Esquadra y de las policías locales es un buen ejemplo, también, de la necesidad de solucionar dudas, en la teoría y en la práctica.

Los ponentes, por ejemplo, nos hicieron dar cuenta de que los artilugios eléctricos ahora mismo pueden llegar a tener categoría de ciclomotor, y de que los triciclos eléctricos de reparto de mercancías son ya una prioridad que está trasladando furgonetas y camiones a miniplataformas logísticas y reduciendo las zonas de carga y descarga.

Es un tópico decirlo, pero la bicicleta ya no se irá de nuestras ciudades y carreteras, y en todos los usos. Irá a más, sobre todo con la eclosión de la bicicleta eléctrica, pero también de las conexiones con las áreas metropolitanas y las interconexiones crecientes entre los puntos intermodales de transporte público y los polígonos industriales. Uno de cada cuatro catalanes utiliza la bicicleta cada día, y no es extraño encontrarte a un ciclista en todas partes; bien, en las autovías, por donde pueden ir, pero donde a menudo no se les da una alternativa segura o, por razones obvias, por las autopistas.

Pero la bicicleta, una vez las grandes ciudades han decidido desterrar el coche de los aparcamientos de superficie (y han empezado a hacer lo mismo con las motos), es y será la gran protagonista del cambio cultural a favor de una movilidad segura, sostenible y saludable. Mucho más que el transporte público colectivo.

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