¿Quién no ha cruzado alguna vez una calle por un lugar donde no hay un paso de peatones? ¿O quién no ha pasado sin fijarse si el semáforo estaba en verde porque estaba distraído escribiendo un whatsapp o consultando alguna información con el smartphone? Todos los usuarios del espacio público somos peatones y cuando nos desplazamos con este rol podemos poner en juego nuestra seguridad si no adoptamos actitudes de autoprotección. Pero los peatones también podemos ser objeto de actitudes incívicas e inseguras por parte de conductores; comportamientos que, sobre todo en zonas urbanas, pueden acabar en atropellos y causar lesiones muy graves al colectivo más vulnerable de la movilidad.
Las principales actitudes inadecuadas de peatones y conductores en zona urbana son las siguientes:
►Irrupción de peatones por zonas no habilitadas en situaciones en las que puede haber riesgos potenciales relacionados con la circulación de vehículos. Además, no solo son víctimas de las distracciones a causa del uso del móvil los conductores de los vehículos, sino también los peatones, que corren un riesgo muy alto si no estan atentos a la hora de cruzar las calles y pueden acabar siendo atropellados.
►Desplazamientos de los peatones por itinerarios no reglamentarios pero que se perciben como correctos.
► Invasión por parte de los vehículos de zonas de circulación exclusivas para transeúntes que obstaculizan sus itinerarios seguros y preferentes, y que les obliga a optar por rutas alternativas que pueden comportar peligros. En este sentido, Carlos Ortí, vicepresidente de la asociación Catalunya Camina, remarca que “no tendría que haber permisividad” respecto al estacionamiento en las aceras, y reivindica: “Tenemos que recuperar una distribución del espacio público más justa y democrática y avanzar hacia la descarbonización, también de la movilidad.”
Por otra parte, la irrupción de los VMP (vehículos de movilidad personal) como la rueda eléctrica, los segways o los patinetes eléctricos ha generado un debate sobre la convivencia de estos artilugios emergentes con los peatones, debido a que a veces ocupan las aceras; un conflicto que ha obligado a algunos ayuntamientos a regular la circulación de estos vehículos. La promoción de los VMP, junto con la extensión de la bicicleta, se tendría que hacer siempre, según Ortí, “a favor de los desplazamientos a pie y nunca en contra”. “En la realidad actual hay un urbanismo pensado, diseñado y ejecutado desde una óptica ‘cochista’ y no desde una visión de los desplazamientos universales, a pie”, subraya.
En lo que llevamos de año, en Cataluña han muerto 11 peatones (datos provisionales, víctimas mortales a 24 horas): en concreto 6 personas en las calles de diferentes municipios y 5 personas más, en las carreteras catalanas. Hay que destacar que de las 6 víctimas mortales en vías urbanas, 4 víctimas tenían entre 65 y 74 años.
“Los núcleos urbanos están en deuda con el acto de caminar”, asegura Ortí, que añade: “Las actuaciones que se llevan a cabo para proteger a los peatones van por el buen camino, pero son insuficientes”. Hay que avanzar todavía más en elementos reductores de velocidad, en radares portátiles y en campañas informativas de sensibilización a la ciudadanía.”
Con el objetivo de garantizar la protección de los transeúntes, el Servicio Catalán de Tráfico coordina a lo largo del año con las policías de tráfico de Cataluña campañas preventivas de control para evitar tanto comportamientos de los conductores que pongan en peligro a los peatones como conductas antirreglamentarias o no seguras de ellos mismos.