Tecnologías de asistencia a la conducción: ¿un plus de seguridad que puede fomentar la distracción?

Frenada automática de emergencia, asistente en atascos, alerta de cambio involuntario de carril, detector de vehículos en el ángulo muerto, control de crucero adaptativo, asistente de aparcamiento… las nuevas tecnologías de asistencia a la conducción aumentan nuestra seguridad en el asfalto y minimizan los riesgos, ¿pero pueden suponer en algunos casos un factor de distracción?

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Ante el eventual punto de vista de quien cree que estos sistemas avanzados de asistencia pueden llegar a ser un factor de distracción, Joan Blancafort, secretario general de FECAVEM (Federación Catalana de Vendedores de Vehículos a Motor), se muestra contundente: “Estos sistemas vienen incorporados de serie y se diseñan para evitar distracciones del conductor; en todo caso, las distracciones pueden tener relación con otros elementos, como el móvil. Según un informe de la DGT, se estima una reducción de siniestralidad del 57% si todo el parque móvil dispusiera de sistemas de asistencia a la conducción; un total de 51.000 accidentes se evitarían”, asegura Blancafort.

Según el portavoz de FECAVEM, hay una demanda al alza de estos sistemas y la seguridad se consolida como un factor de compra decisivo. La cuestión es: ¿utilizan los usuarios esta tecnología? Raquel Oliveras, funcionaria, conduce un Renault Grand Scenic Zen y lo tiene muy claro: “Mi vehículo está equipado con la mayoría de estos sistemas y tengo que decir que son muy útiles, los uso habitualmente y me ofrecen un plus de seguridad”, asegura. Eva Gustems, administrativa, conduce un Renault Kadjar y coincide con ella: “Los tengo activados casi todos por defecto; son herramientas que te dan soporte a la hora de conducir. Posiblemente, el más útil para mí es el detector de vehículos en ángulo muerto, ¡especialmente cuando conduces por Barcelona!”, añade.

Información de los sistemas en el concesionario

El momento de la compra en el concesionario es un momento clave en el que el usuario tiene que conocer los diferentes sistemas de asistencia a la conducción con los que va equipado el vehículo. “Generalmente, nos encontramos con que el comprador está informado de estos sistemas y se interesa por el equipamiento del modelo y, en respuesta a este interés, el equipo comercial le informa del equipamiento que incorpora el vehículo durante el proceso de compra y en el momento de recogida le explica su funcionamiento de forma detallada”, subraya Joan Blancafort. Eva explica que en el momento de la compra “nos vendieron un pack Safety y pusieron mucha dedicación en explicar los beneficios de adquirirlo; una vez entregado, hicieron un repaso bastante rápido por todas las cosas que lleva el vehículo, así que tiramos de manual”. Xavier Aguilà, empleado de banca, conduce un Toyota Auris Hybrid y recuerda que, en el momento de adquirir el coche, el vendedor le explicó el funcionamiento de estos sistemas “a medias”. Por su parte, Raquel asegura que “el vendedor nos lo explicó en el momento de la compra, a pesar de que siempre amplías posteriormente con el manual’.

¿Factor de distracción?

¿Pueden estas tecnologías de asistencia a la conducción suponer un elemento de distracción? ¿Se puede correr el peligro de que, con estas ayudas a la conducción, el usuario se pueda relajar al volante? Tal y como afirma Joan Blancafort, “los sistemas de asistencia ADAS han venido para quedarse, porque aportan un plus de seguridad y efectividad, dado que informan al conductor en tiempo real y minimizan el error humano”. La manipulación de estos sistemas, no obstante, no tiene que suponer nunca un factor de distracción durante la conducción; es primordial, por lo tanto, que el conductor conozca perfectamente su funcionamiento y programe o manipule lo que sea necesario antes de iniciar la marcha.

En este sentido, Raquel reconoce que “a veces, la pantalla te distrae” y Eva indica que “hay muchos sistemas que los puedes tener siempre activados, pero otros los tienes que manipular antes o durante la conducción, y no todos los mandos están en el volante”.

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En 2018, la distracción se mantiene como primer factor concurrente de siniestralidad, con una presencia del 23% en el total de los accidentes con víctimas. El factor humano tiene una amplia y directa incidencia en la siniestralidad en nuestras carreteras; por lo tanto, todas las ayudas tecnológicas que supongan una mejora en la seguridad vial son muy bienvenidas, pero hay que seguir aplicando toda la prudencia y la máxima atención al volante.

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