En invierno tapamos a nuestros hijos con abrigo, guantes, bufandas… para evitar que sufran frío, pero dentro del coche dejarles el abrigo puesto es un riesgo. Los expertos apuntan que si un niño va equipado con esta prenda de ropa tiene un 80% más de probabilidades de salir disparado del vehículo en caso de frenazo brusco.
Según un estudio del comparador de seguros Acierto.com, el 52% de los padres tienen esta mala costumbre y por desconocimiento incrementan la peligrosidad de los desplazamientos de sus hijos durante el invierno.
Una de las claves para que los niños circulen con seguridad en las sillitas de los vehículos es que los arneses estén bien sujetos y pegados al cuerpo, hecho que no se produce si van con abrigo. El anorak genera un volumen falso en el tórax del niño que hace que cuando ajustamos la sujeción esta quede demasiado holgada. De esta manera, en caso de accidente, se aumenta la probabilidad de que el abrigo se deslice hacia adelante y se libre del sistema de retención.
Así pues, para la seguridad de los niños, lo mejor es quitarles el abrigo antes de sentarlos en las sillitas para poder ajustarles los arneses de forma óptima. Un truco que recomiendan los expertos para comprobar si van bien sujetos es que, si podemos pasar dos o más dedos por debajo del cinturón a la altura del hombro, es que no están bien atados y los tenemos que ajustar más. Por otra parte, si hace mucho de frío en el interior del vehículo, la mejor opción es ponerles el abrigo por encima o una manta, y de esta manera no se modifica el sistema de sujeción.