El pasado mes de octubre, agentes de la Policía de la Generalidad – Mossos d’Esquadra del Área Regional de Tráfico (ART) Metropolitana Norte destinados al Grupo de Investigación y Documentación (GRD) denunciaron a dos hombres, de 80 y 51 años, nacionalidad española y vecinos de Barcelona, por un delito de falsedad documental. Conducían vehículos de alta gama y habían acumulado 52 denuncias por exceso de velocidad. Cuando les llegaba una multa alegaban que el conductor era un hombre italiano, del cual facilitaban un permiso de conducir que había sido falsificado a fin de que el expediente sancionador no acabara prosperando.
Falsificar un carnet de conducir, modificar el bastidor de un vehículo, duplicar la matrícula o manipular un tacógrafo son algunos de los casos de falsedad documental relacionada con el tráfico. Más allá de constituir un delito, suponen un riesgo para la seguridad vial, y en este contexto es importante la tarea policial destinada a la inspección de documentos y vehículos.
Si bien todos los agentes de Mossos tienen una formación básica para poder realizar una primera identificación de alteraciones en documentos o vehículos que puedan encontrarse en un control de carretera o en otras circunstancias, una vez detectada la sospecha se remite al Grupo deInvestigación y Documentación (GRD) de la División de Tráfico de Mossos d’Esquadra, que son los encargados de combatir las falsificaciones en este ámbito. Jesús Pérez, cabo del GRD, detalla en qué consiste su trabajo: “Por una parte, a nivel de vehículos, hacemos identificación de vehículos sustraídos, y por otra, actuamos como policía científica de tráfico e informamos de periciales de documentación falsa, ya sean permisos de conducir, fichas técnicas o ITVs, entre otros”.



Con respecto a este último ámbito, la persona que lleva un documento falso puede hacerlo por varios supuestos, ya sea porque tiene el permiso retirado o caducado en el país de origen, porque tiene algún requerimiento judicial o simplemente porque tiene dificultades para obtener el permiso de conducir en el Estado español, entre otros. Lo cierto es que los documentos cada vez incorporan más medidas de seguridad que dificultan la falsificación, como marcas con tintas que solo se pueden ver con luz ultravioleta o lupas de infrarrojos. En este sentido, el cabo Jesús Pérez nos explica cómo trabajan: “Disponemos de las herramientas para mirar que las medidas de seguridad del documento sean las que tiene que llevar y hacemos un trabajo de comparativa del documento estudiado con originales del país.” Pérez destaca también la importancia de que, aparte de los conocimientos de documentoscopia que tienen, se formen de manera continua “porque nos encontramos con la dificultad añadida de que hay países donde existen varios modelos de documentación en vigor”.
La tarea del GRD resulta clave al poner freno a unos comportamientos que pueden ser muy peligrosos en la carretera. Así, este 2020 (hasta el mes de octubre) ha abierto 383 informes periciales de falsificación documental de persona o de vehículo a requerimiento judicial y, además, ha emitido 220 informes policiales en este mismo sentido. Solo en este periodo en Cataluña se han inspeccionado 627 vehículos susceptibles de haber sido falsificados o manipulados y se ha detenido o denunciado a 253 personas por delito de falsedad documental. El Código Penal castiga esta conducta con penas de prisión de 6 meses a 3 años y multa de 6 a 12 meses.