Placas circulares, triangulares, rectangulares o cuadradas con símbolos o leyendas sobre un fondo de color y sustentadas en postes o pórticos. En las carreteras y calles encontramos numerosas señales verticales de tráfico y es vital conocer su significado. Su misión es advertir, reglamentar o informar a los usuarios de la vía, con la suficiente antelación, de determinadas circunstancias de la misma infraestructura o de la circulación. De este modo, las señales aumentan la seguridad vial y contribuyen a una mayor eficiencia y comodidad en la movilidad, ya sea alertando sobre peligros que nos puedan sobrevenir en la vía, transmitiendo un mandato sobre una norma o aportando informaciones de interés.



Las primeras señales se remontan a muchos siglos atrás, cuando todos los caminos llevaban a Roma. Hablamos de los miliarios, unas columnas de piedra normalmente cilíndricas que tenían por objetivo orientar a los viajeros que transitaban por las calzadas romanas marcando la distancia en millas de la época –1.481 metros– entre el lugar concreto y la capital del Imperio romano o cualquier otra ciudad importante de este Imperio.
Con el auge del automóvil, a principios del siglo pasado llegó el incremento de la movilidad y la necesidad de crear ciertas normas consensuadas para poner orden. En este contexto aparecieron las señales modernas: en 1909, en París, nueve países europeos acordaban utilizar cuatro símbolos pictóricos para representar las situaciones de peligro, curva, intersección y paso a nivel.
Modelos de señalización
Después de este primer acuerdo, entrado ya el siglo XX, se celebraron dos cumbres internacionales bajo el amparo de Naciones Unidas, la primera en 1949 en Ginebra y más tarde en 1968 en Viena, donde se definió el modelo de señalización vial que actualmente está vigente en toda Europa, gran parte de Asia y muchos países de África.
Este modelo se basa en la preeminencia de los símbolos y establece qué formas y colores se usan para indicar un mismo concepto. Así, a grandes rasgos, las señales triangulares advierten, las que tienen forma redonda prohíben, limitan u obligan, y, finalmente, aquellas que tienen formato rectangular o cuadrado informan u orientan. Dada su importancia, las señales de prioridad de paso tienen configuraciones diferentes a todas las demás: el estop es octogonal y rojo y el ‘ceda el paso’ tiene forma de triángulo invertido blanco con el contorno rojo.




Los Estados Unidos, por su parte, desarrollaron un sistema de señalización vial diferente, que también fue adoptado por otros países anglosajones como Australia o Nueva Zelanda, así como en América Latina, y que incluye más palabras escritas. Sin embargo, con el paso del tiempo, ha ido incorporando signos coincidentes con los que podemos encontrar aquí. Además, el estop como hoy lo conocemos surgió allí, en 1923, si bien William Phelps Eno, considerado uno de los precursores de la seguridad vial, impulsó un primer modelo cuadrado y con letras negrassobre fondo blanco en Detroit en el año1915.
Prioridad entre diferentes tipos de señales
Hay que tener en cuenta que las señales verticales son solo uno de los tipos de señalización que nos podemos encontrar circulando y, en este sentido, hay que recordar que existe un orden de prioridad:
· en primer lugar, prevalecen las señales y órdenes de los agentes,
· a continuación, la señalización circunstancial que pueda haber,
· seguidamente los semáforos,
· luego las señales verticales de circulación
· y, por último, las marcas viales de la calzada.