En el mundo de la ciencia, en el aprendizaje, en la gastronomía…, en muchos ámbitos de la vida, tener curiosidad es una virtud. En el terreno de la seguridad vial, no obstante, es un peligro. Un coche parado en el arcén, una colisión en la calzada en sentido contrario, un incendio de vegetación próximo, las luces de los vehículos de emergencias…, cualquiera de estas incidencias genera a menudo el consiguiente efecto mirón; es decir, la ralentización de la circulación causada por la curiosidad de los conductores hacia alguna circunstancia externa.
El efecto mirón es una forma de distracción y, como tal, supone una desviación de la atención en la carretera. Las distracciones, con la manipulación del móvil al frente, son la primera causa de los accidentes con víctimas en las carreteras catalanas. Los tipos de accidentes generados por este comportamiento son a la vez los habituales en las distracciones: alcances, salidas de vía, choques frontales y atropellos.
Consecuencias
Esta curiosidad de los conductores por ver qué está pasando se traduce en una reducción brusca de la velocidad y en la desviación de la atención en la carretera, maniobras que suponen un peligro añadido y que generan muy a menudo nuevos siniestros. “En muchos casos, se trata de accidentes leves o con daños materiales, dado que habitualmente se producen a una velocidad reducida –señala Jordi Batista, subjefe de la División de Tráfico de los Mossos d’Esquadra– a pesar de que esta drástica reducción de la velocidad por el efecto mirón en vías rápidas sí que puede comportar consecuencias graves.”
No obstante, además de las lesiones más o menos leves, del susto o de los daños materiales al vehículo, “los siniestros por culpa de estas distracciones generan también un desvío de recursos de vehículos de emergencias (ambulancias, bomberos, policía, grúas, mantenimiento de carreteras) que siempre son necesarios para poder gestionar el primer incidente vial”, puntualiza Batista.
Medidas
¿Como se puede paliar el efecto mirón? La primera consideración es apelar a la prudencia y al sentido común de los conductores. Hay que dominar nuestra curiosidad y evitar imprudencias que puedan poner en peligro la seguridad. De hecho, ante una incidencia en la carretera, hay que estar más atento que nunca a cualquier cambio en el flujo del tráfico y anticipar las maniobras bruscas de los que probablemente caerán en la trampa del efecto mirón.
En estas situaciones, los agentes de tráfico de los Mossos d’Esquadra también efectúan tareas de regulación, para evitar con su presencia las posibles distracciones. “Una de las medidas que empleamos en los casos más graves es el llamado kit de discrecionalidad, que, mediante dos apoyos metálicos y una lona de plástico, se coloca en el punto del accidente y así evita el efecto mirón y a la vez garantiza el anonimato de las personas implicadas en el siniestro”, añade Batista.
Hay que tener en cuenta que los agentes de tráfico pueden sancionar estas distracciones, en función de la falta de atención que haya representado la acción concreta y de su afectación en la libertad de movimiento de las manos. “Nos encontramos incluso con conductores que, además de reducir la velocidad para ver qué ha pasado, graban el incidente con sus móviles, ya sea por curiosidad o morbo, o para colgarlo en las redes sociales”, se lamenta el subjefe de Tráfico.
¿Cómo tenemos que actuar?
Ante una incidencia en la carretera, hay que actuar con seguridad y con responsabilidad:
- Evitar la minoración innecesaria de la velocidad, especialmente de forma brusca y repentina
- Mantener la atención en la carretera en todo momento
- Activar los intermitentes de emergencia cuando se detecta una retención, para avisar al resto de usuarios y evitar así accidentes por alcance
- Mantener una correcta distancia de seguridad con el vehículo de delante
- No manipular el móvil
Seguir estas pautas no tiene que ser complicado; lo más importante es ser capaz de resistir el impulso de la curiosidad. Hay que tener siempre presente que, si caemos en la trampa del efecto mirón, estaremos poniendo en riesgo nuestra seguridad y la de quien nos rodea.