Ya ha nacido el Decálogo de la seguridad vial infantil, un conjunto de medidas con las que se quiere evitar que haya ningún niño muerto o herido grave como ocupante de un vehículo. Por primera vez, todas las partes implicadas en la seguridad vial de los menores han unido esfuerzos con el único objetivo de mejorar su protección y han establecido diez reglas básicas de la seguridad viaria infantil.
Este decálogo ha sido consensuado y aprobado en asamblea general por la AESVI, la Alianza Española por la Seguridad Vial Infantil, una asociación que tiene por objetivo mejorar la seguridad vial y la protección de los niños, como uno de los colectivos más vulnerables de la movilidad. El Servicio Catalán de Tráfico forma parte de ella, así como otros agentes implicados, como la DGT, la Dirección de Tráfico del País Vasco, la Asociación Nacional de Seguridad Infantil, la Asociación Nacional de Matronas, la CEAPA, las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado español, los fabricantes de sistemas de retención infantil, los importadores de sillas, los clubes automovilísticos, las universidades, los pediatras, los consumidores y los servicios de urgencias.
Diez reglas básicas para proteger a los usuarios más vulnerables
Se trata de proteger a los usuarios más vulnerables armonizando los mensajes dirigidos a padres, tutores y otras personas responsables para garantizar que transporten a los menores de la manera más adecuada. Además de recordar que, en el vehículo, hay que llevar el niño siempre abrochado con un sistema de retención infantil –la silla– adecuado a su medida y peso, por muy corto que sea el trayecto, el decálogo también recomienda colocar al niño en las plazas posteriores del vehículo y llevarlo en sentido contrario a la marcha el máximo tiempo posible. Además, también insiste en utilizar sillas homologadas; emplear sillas con respaldo al menos hasta los 135 cm de estatura; no viajar con objetos sueltos, ni poner equipaje o mascotas en el vehículo junto a los pequeños; y, en caso de accidente, y siempre que sea posible, sacar al niño del coche accidentado con su silla y nunca en brazos –excepto en caso de riesgo inminente.
Así mismo, el decálogo recuerda que la seguridad del niño también depende del conductor. Por eso, lo insta a respetar las normas, a conducir de forma tranquila y relajada, sin agresividad ni brusquedades, dejando un espacio de seguridad, y ajustando la velocidad a las circunstancias del tráfico.
Evolución de los elementos de seguridad pasiva
Los datos de la evolución del uso del cinturón de seguridad y de los sistemas de retención infantil en vehículos ligeros nos muestran una tendencia al alza entre las víctimas en accidentes en zona interurbana y zona urbana en el año 2016 respecto al 2010. A pesar de todo, aún hay un porcentaje que no los utiliza y, además, hay que consolidar este incremento. De ahí la necesidad de tener muy presentes las medidas del Decálogo de la seguridad vial infantil, en el que la máxima prioridad es preservar la vida de los niños haciendo un buen uso de los sistemas de seguridad pasiva. Precisamente, la utilización correcta de los sistemas de retención infantil es esencial, puesto que reduce entre un 50% y un 80% el riesgo de lesión en caso de accidente.