Pasa la ITV, circula con seguridad

Este 1 de junio han entrado en vigor una serie de novedades referentes a la Inspección Técnica de Vehículos, también conocida como ITV, la inspección periódica a la que todos los vehículos matriculados deben someterse. Estos cambios se refieren, principalmente, a la modificación de la gravedad del defecto de funcionamiento del ABS o del posible desprendimiento de los retrovisores, o la incorporación del proceso de matriculación para los vehículos procedentes del Reino Unido después del Brexit.

¿En qué consiste la ITV?

Obligatoria en el Estado desde 1987, en el caso de los coches y motocicletas, están obligados a pasar la ITV los de más de 4 años, primero cada dos años y, a partir de los 10, cada año. El objetivo es comprobar que tanto el estado general como los elementos de seguridad del vehículo se encuentran en condiciones que le permitan seguir circulando sin que sea un peligro para sus ocupantes ni para el resto de las personas u otros elementos que pueda haber en la vía.

Así, en cuanto al control de los puntos principales del vehículo, se revisa:

  • el acondicionamiento exterior
  • la carrocería
  • el acondicionamiento interior
  • la señalización y el alumbrado
  • los frenos
  • la dirección
  • los ejes y la suspensión
  • el bastidor, el motor y la transmisión

Además, la inspección sirve a la vez para favorecer el respeto al medio ambiente, ya que también se miran los niveles de emisión contaminante y, en el caso de las motocicletas y ciclomotores, además, el ruido que emiten para garantizar que no sobrepasen los límites marcados.

 Fotografías cedidas por Applus

Resultado de la inspección

Si no se hallan defectos, la inspección es favorable: se valida la ficha técnica del vehículo, se pone la nueva fecha de caducidad y se coloca la pegatina que indica hasta qué año y mes está al corriente de la ITV. Hay que tener en cuenta que será válida hasta un día en concreto, es un error pensar que no caduca hasta el último día del mes que señala el adhesivo. Sin embargo, la normativa establece que se puede pasar la ITV hasta un mes antes de que caduque.

Cuando se detectan defectos leves –como, por ejemplo, que la placa de matrícula trasera tiene una iluminación insuficiente o que la escobilla del parabrisas está deteriorada pero funciona–, el resultado de la inspección es válido, como en el caso anterior, ya que se consideran defectos leves aquellos que no tienen un impacto significativo en la seguridad del vehículo o la protección del medio ambiente. Sin embargo, en el informe se señala que hay que corregir tan pronto como sea posible los defectos detectados.

En cambio, si se han apreciado uno o más defectos graves –como puede ser que no funciona ninguna luz de carretera o de freno, que los neumáticos no son homologados o que el nivel de ruido que emite el vehículo es superior al reglamentario o, como novedad, que se enciende la luz de aviso del sistema de frenos ABS o se lleva el retrovisor caído–, la inspección es desfavorable, es decir, el vehículo solo queda autorizado a circular hasta el taller mecánico para reparar las deficiencias. En este caso, el vehículo deberá pasar una segunda inspección para comprobar que se han solucionado los defectos.

Por último, se puede dar el caso de que la ITV sea negativa, por ejemplo, si se detectan defectos muy graves como que los discos de freno están rotos o son inseguros o que hay pérdida de combustible sobre cables eléctricos. Este hecho conlleva la inmovilización del vehículo en la estación, ya que no puede circular porque supone un peligro. Hay que alquilar una grúa para trasladar el vehículo al taller mecánico para realizar las reparaciones necesarias y volver a pasar de nuevo la revisión en un plazo máximo de dos meses.

La inspección tampoco se supera cuando se encuentran irregularidades en la identificación del vehículo, cuando se observan reformas no legalizadas o anomalías en la documentación que requieren una actuación administrativa previa.

¿Qué puedes comprobar antes de ir a pasar la ITV?

Entre otros, puedes comprobar el nivel de aceite del motor y del líquido de frenos, el funcionamiento de las luces exteriores y del limpiaparabrisas, el estado y la presión de los neumáticos o el anclaje de los cinturones. Recuerda también que a la hora de hacer la revisión hay que presentar la ficha técnica del vehículoy el permiso de circulación, si bien desde ahora podrá ser consultado telemáticamente desde las estaciones, como ya ocurría con el seguro del vehículo.

¿Qué pasa si circulas sin la ITV en regla?

Un vehículo en buen estado de mantenimiento es clave para la seguridad vial, ya que se reduce el riesgo de accidente por cuestiones técnicas, y por ello es importante que se revise periódicamente. Circular sin tener la ITV en vigor supone una infracción grave que conlleva multas de entre 200 y 500 euros: la sanción será de 200 euros si está caducada (esta multa puede llegar incluso si el vehículo está estacionado) o si se circula con una inspección desfavorable. Si el vehículo circula con una ITV negativa la sanción sube hasta los 500 euros.

Además, debes tener en cuenta que si tienes un accidente y no has pasado la ITV cuando tocaba, el seguro no se hará cargo. Circular sin la certificación correspondiente supone un riesgo potencial para los ocupantes del vehículo y para el resto de los usuarios. Pasa la ITV, circula con seguridad.

 

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