Más de dos largas décadas de servicio en la División de Tráfico del cuerpo de Mossos d’Esquadra otorga un bagaje incomparable, profesional y humano, sobre nuestro comportamiento en la carretera. El cabo Jordi y el agente Albert, ambos en el Área Regional Metropolitana Norte de los Mossos d’Esquadra, suman 42 años de experiencias y de pericia en el terreno del tráfico. Han visto y vivido de todo: anécdotas divertidas, pérdidas dolorosas, falsos mitos y lugares comunes, pero sobre todo han vivido desde primera línea la evolución de la siniestralidad en Cataluña y de nuestra actitud al volante. Este artículo se basa en su testimonio.
Falsos mitos para bajar el alcohol
Después de incontables controles de alcoholemia, Jordi y Albert han visto cómo todavía hay muchas (falsas) creencias sobre remedios que disminuyen los efectos del alcohol: beber café, tomar mentol, comer, hacer ejercicio… En los controles de alcoholemia, a veces se ven conductores que entre la primera prueba y la prueba de contraste aprovechan para hacer deporte, correr o hacer flexiones, “incluso una vez nos encontramos una pareja dentro del coche teniendo relaciones sexuales”, recuerda el cabo Jordi. “Lo más extravagante que he visto, no obstante, es un hombre que masticaba un preservativo, pensando que así le bajaría el alcohol”, rememora el cabo. En otra ocasión, los agentes presenciaron perplejos cómo la novia de un conductor que había dado positivo se presentó para recogerlo, pero también dio positivo.

La irrupción del móvil
Años atrás, la velocidad y el alcohol eran los principales factores en los accidentes de tráfico. Pero desde la aparición del móvil en nuestras vidas, este ha subido con fuerza entre las causas de accidentalidad, hasta el punto de que las distracciones ya son la primera causa de los siniestros con víctimas, especialmente el uso del móvil. A pie de carretera, Albert y Jordi lo corroboran. “Vemos barbaridades, como conductores al volante mirando una película en el móvil o jugando a un juego mientras conducen”, relata Albert. En este sentido, los coches mirilla se han convertido en una herramienta muy útil para detectar infracciones sin ser detectado, especialmente en el caso de la manipulación del móvil. A menudo, la reacción de los infractores es la negación. “Nadie quiere ser denunciado, es lógico. Pero cuando paramos a alguien se hace porque hay la certeza de que ha cometido una infracción; si hay dudas, no se pone denuncia”, concluye el cabo Jordi.
Momentos difíciles
Cuando hablamos de tráfico, desgraciadamente también hablamos de víctimas. Albert y Jordi han presenciado muchas escenas de accidentes y ambos remarcan la importancia de retirarse de la calzada cuando hemos sufrido un choque o una avería, especialmente en vías rápidas. “Hay que salir de la vía siempre que se pueda; se producen muchos accidentes y atropellos en estas circunstancias”, avisa Albert. Los dos agentes han visto también cómo compañeros de trabajo han sufrido graves lesiones, o incluso la muerte, por atropellos y accidentes con fuga. “En Tráfico, la baja más probable es el atropello; no puedes bajar nunca la guardia. Estamos expuestos al riesgo, es la parte más peligrosa de nuestro trabajo.”

Una presencia que rebaja la siniestralidad
Cuando una patrulla de Mossos d’Esquadra circula por una calle o carretera, se crea una zona de pacificación del tráfico en 100 metros a la redonda. Pisar el asfalto es una tarea prioritaria para un agente de Tráfico, porque con presencia policial en la carretera, baja el número de accidentes. “Cuando un conductor nos ve, inmediatamente empieza un repaso mental: cinturón abrochado, límite de velocidad, respetar las señales…”, explica el cabo Jordi. “Cuando estás en Tráfico, lo que más te gusta es la vertiente asistencial; poder ayudar a alguien cuando ha sufrido un accidente o una avería, en un momento en el que se vive una experiencia traumática y somos vulnerables es, creo yo, lo más agradecido de este trabajo”, asegura Albert.
‘A mí no me pasará’
“En los últimos años hemos detectado cómo aquel famoso ‘yo controlo’ ha dado paso a una sensación general de ‘a mí no me pasará’, y esto nos preocupa”, explica Jordi. “Hay esta percepción, errónea, de que los accidentes solo les pasa a los otros y hay que tener en cuenta que, aunque lo hagas todo bien como conductor, puedes sufrir un accidente por culpa de otro”, advierte Albert.
A menudo los conductores parados por los agentes por cometer una infracción no son conscientes de que la han cometido. “El ritmo del día a día es trepidante, vamos todo el día con prisas, horarios y obligaciones y cuando entramos en el coche todo esto lo llevamos encima. A veces es difícil dejar la mente en blanco y concentrarse solo en conducir, pero hay que hacerlo; nos va la vida”, avisa el cabo.
Después de más de 20 años en Tráfico, los dos agentes han sido testigos de la bajada de la siniestralidad en las carreteras. “Ha habido una mejora en la concienciación, en la actitud; antes había muchos más muertos y heridos graves. Pero hay que seguir trabajando, mejorar la prevención y la formación vial, el respeto y la convivencia en la carretera”, coinciden ambos.