Los neumáticos se basan en uno de los inventos que se situarían en el ranking de los más trascendentales para el progreso de la humanidad y que han sido clave para la movilidad y el transporte. A lo largo de la historia, este icónico objeto circular ha permitido a las civilizaciones desplazarse por tierra, llegar a lugares alejados y transportar materiales pesados a largas distancias y con un menor esfuerzo. Su evolución tecnológica, sobre todo desde mediados del siglo XX, ha hecho que actualmente sean una de las piezas vitales de los vehículos y que, por lo tanto, si no disponen de las condiciones adecuadas, puedan suponer graves riesgos en la carretera. Centramos este apunte en los neumáticos y en las claves principales para garantizar una conducción segura.
¿Qué hay que tener en cuenta para garantizar un buen estado de los neumáticos?
1. La presión de inflado: hay que comprobar periódicamente que los cuatro neumáticos tienen la presión correcta, respetando las especificaciones indicadas por el fabricante del vehículo. La revisión de este factor se tiene que hacer siempre en frío, ya que cuando el neumático se calienta, la presión aumenta. Y, sobre todo, hay que verificarla antes de emprender un viaje largo.
2. El desgaste y el aspecto: hay que revisar el desgaste de la banda de rodadura y fijarse en la profundidad de los surcos del dibujo de los neumáticos de manera regular para controlar el desgaste que han sufrido y asegurar que garantizan la adherencia óptima. Asimismo, es importante observar si tienen algún desperfecto, como abolladuras, grietas o algún elemento incrustado, que pueda acabar en un pinchazo inesperado.
3. El comportamiento del vehículo: se puede detectar que los neumáticos presentan algún problema si el vehículo hace mucho ruido, no frena correctamente o se va hacia un lado, la adherencia o la tracción no son las idóneas o el volante vibra.



FAQS. 5 preguntas frecuentes
El jefe del Área Regional de Tráfico (ART) de la Cataluña Central, el inspector Francesc Parra, aclara algunas dudas sobre los neumáticos que hay que tener en cuenta para prevenir accidentes.
1. ¿Cómo saber si ya se han gastado y se tienen que sustituir?
–Para saber si un neumático está gastado y se tiene que sustituir hay que medir la profundidad en las ranuras principales de la banda de rodadura. Esta profundidad, legalmente, tiene que ser como mínimo de 1,6 mm. Se entiende como ranura principal aquella más ancha situada en la zona central de la banda, que cubren cerca de tres cuartas partes de la anchura de esta pieza. Los neumáticos tienen unos indicadores que nos sirven para poder comprobar el desgaste. Sin embargo, se tienen que renovar si presentan defectos o la goma no se encuentra en buen estado, aunque la profundidad de las ranuras no haya llegado al mínimo legal permitido.
2. ¿Cada cuánto tiempo se tienen que cambiar?
–La revisión tiene que ser regular y tiene que estar íntimamente ligada al uso y a las condiciones a las que están sometidos los neumáticos. No existe ninguna reglamentación que indique cuál es la caducidad basada exclusivamente en la antigüedad, sino que tiene que estar más relacionada con el estado del neumático y con el uso que se le ha dado.
Existen recomendaciones de organismos internacionales, como por ejemplo el ETRTO (European Tyre and Rim Technical Organisation), responsable de otorgar todos los requisitos que deben cumplir los neumáticos fabricados y comercializados en la Unión Europea, a la cual se adhieren la gran mayoría de fabricantes. Recomienda que después de cinco años de utilización de un neumático (según la fecha de montaje, no la de fabricación), sea examinado por un profesional cualificado, al menos una vez al año. También indica que, por precaución, al cabo de diez años desde la fecha de fabricación (DOT que consta en el neumático) se sustituyan por unos nuevos (incluido el de recambio), aunque el nivel de desgaste no haya llegado al límite mínimo legal permitido de 1,6 mm o a los 3 mm recomendados.

3. ¿Cómo puede influir una presión incorrecta?
–Mantener una presión correcta es fundamental para su funcionamiento. En el interior de la puerta del conductor suele haber un adhesivo donde se especifica la presión recomendada para cada neumático según las condiciones de carga del vehículo. Los neumáticos con baja presión de inflado se sobrecalientan, hacen que el vehículo tenga un comportamiento inestable, sobre todo en las curvas, tienen más fricción y, por lo tanto, más consumo. Además, se deforman antes y se desgastan irregularmente, sobre todo por la parte de los extremos de la banda de rodadura, y presentan un mayor riesgo de desllantar y pinchar.
Si tienen más presión de la cuenta, se desgastan más de la parte central. Este exceso de presión hace que los neumáticos reduzcan la absorción de los impactos, perdiendo comodidad y teniendo más rebotes, que harán trabajar más a los amortiguadores.
4. Has pinchado. ¿Cómo tienes que actuar?
–En caso de sufrir un pinchazo lo notaremos en mayor o menor medida, dependiendo de si el neumático experimenta una pérdida repentina de aire o, por el contrario, lo pierde poco a poco. En todo caso, el conductor del vehículo notará que algo no funciona bien, como la dirección o la estabilidad. Es en este momento, cuando el conductor note que el vehículo no se comporta como lo hace habitualmente, cuando tiene que reducir la velocidad de forma progresiva, salir de la circulación y buscar una zona segura para inmovilizarlo. Hay que tener en cuenta que los neumáticos desgastados aumentan la posibilidad de sufrir un pinchazo.
5. ¿Cuáles son los principales riesgos de no llevarlos en condiciones adecuadas?
–Aunque muchas veces no somos plenamente conscientes, los neumáticos son la única parte de nuestro vehículo que está en contacto con la superficie por la que se mueve. Son cuatro puntos, con una superficie de contacto no mayor que la pantalla de un teléfono inteligente, que conectan el vehículo con el suelo. Debemos tener en cuenta que las prestaciones de un vehículo, los sistemas más avanzados de seguridad o las innovaciones tecnológicas de última generación no serán plenamente efectivas si el vehículo no dispone de unos neumáticos adecuados, están en mal estado o no se utilizan en las condiciones marcadas por el fabricante.
No olvides que cuidar del estado de los neumáticos y de su funcionamiento adecuado es clave para tu seguridad. Usarlos correctamente y un buen mantenimiento puede evitarte sobresaltos y accidentes en tus desplazamientos.