Comunicar la peor noticia

Tras una víctima mortal por accidente de tráfico hay una familia que tiene que recibir la noticia de la pérdida repentina de un ser querido, un relato que no querrían tener que escuchar pero que, una vez lo sepan, marcará un antes y un después en sus vidas. Sin embargo, de qué manera se les comunique esta noticia puede conllevar un impacto más o menos traumático y puede ayudar en la asimilación del hecho e iniciar el proceso de duelo.

Así pues, cuando hay una muerte inesperada, ya sea en un siniestro vial o en otras circunstancias, es importante cómo se da la noticia y el entorno en el que se da: si bien una comunicación siguiendo ciertas pautas no eliminará el dolor normal por la pérdida de un ser querido, tampoco añadirá más dolor.

Mayoritariamente, son los cuerpos policiales los que hacen esta tarea de informar de lo ocurrido. Si hablamos de accidentes de tráfico, solo si la persona muere en el traslado al hospital o en el centro médico donde ha ingresado tras sufrir el accidente esta comunicación recae en los servicios asistenciales del centro; asimismo, si la víctima mortal es extranjera y viajaba sola, en este caso se hace a través del consulado.

Apoyo psicológico

En Cataluña, desde el 2017 existe un convenio de colaboración entre el Servicio Catalán de Tráfico (SCT) y el Sistema de Emergencias Médicas (SEM) para ofrecer apoyo presencial y atención especializada psicológica a los afectados y personas del entorno de las víctimas de un siniestro vial en todos los municipios catalanes (menos Barcelona). En base a este acuerdo, en los supuestos de accidentes con víctimas mortales, el SEM ofrece apoyo psicológico cuando hay que comunicar a un familiar directo una muerte por accidente de tráfico.

Foto SEM: Xavi Blanco

De este modo, cuando se produce un accidente mortal, agentes de la División de Tráfico de los Mossos y la Unidad de Atención Psicológica (UAP) del SEM, formada por dos técnicos de emergencias sanitarias y un psicólogo, acuerdan un punto de encuentro para ir al domicilio de los familiares donde se ha de hacer la comunicación, un desplazamiento que se intenta realizar lo antes posible. Antes de ir, actualizan la información y establecen cómo se procederá. Si bien los agentes policiales suelen ser los encargados de explicar qué ha sucedido, con la información que se tiene en ese momento del accidente, la comunicación puede contar con el asesoramiento, en su caso, de los psicólogos.

Pautas para una buena comunicación

La notificación de malas noticias se debe hacer sin ambigüedades y asegurando que la persona a la que se informa ha entendido realmente qué ha pasado. En relación con esto, Andrés Cuartero, jefe del equipo de psicólogos del SEM, apunta que el apoyo psicológico a los familiares “tiene como objetivo empoderarlos para que sean ellos los que lo comuniquen a otros miembros, sobre todo si hay hijos o hijas menores en el domicilio” y explica cuáles son las pautas para hacer una buena comunicación: “no tener prisa, hablar despacio, repetirlo las veces que sea necesario, responder a las preguntas-angustias del familiar, decir la verdad, ser claros si preguntan por un aspecto que desconocemos, etc.”

Sobre esta cuestión, el sargento y jefe de turno de los Mossos Ramon Codina añade: “Les decimos lo que ha pasado, evitando frases hechas, tecnicismos y detalles innecesarios. Por eso hay que tener la máxima información posible, porque las familias lo primero que quieren saber es qué ha pasado, cuándo, cómo… No admiten inconcreciones.”

Con el fin de prepararlos para esta tarea, los miembros del cuerpo de Mossos que realizan el curso de tráfico tienen una asignatura cuando se están formando en el Instituto de Seguridad Pública de Cataluña (ISPC) para aprender cómo dar el mensaje con la máxima humanidad, empatía y profesionalidad posibles y, al mismo tiempo, saber gestionar el estrés que pueden generar estas situaciones a los mismos agentes. Además, las asociaciones de víctimas como PAT-APAT y Stop Accidentes participan como invitadas en la asignatura para que expliquen su experiencia y repasar qué cosas se han hecho bien y mal en algunos casos reales. Como explica Andreu González, jefe de la División de Tráfico de los Mossos, el objetivo es “que los agentes vean no solo la importancia que tiene la comunicación, sino también el efecto que ocasiona en la víctima ya que, sin quererlo, le podemos infligir más dolor al que ya tiene por la pérdida de un ser querido”.

En este sentido, el máximo responsable del equipo de psicólogos del SEM también destaca la importancia de hacer una buena comunicación: “El impacto de un hecho traumático, como la muerte repentina, abrupta, por un accidente de tráfico, puede verse afectado negativamente, añadiendo más dolor, si no se comunica bien. En cambio, una comunicación eficaz desde el punto de vista emocional puede ayudar a gestionar el estrés y la ansiedad iniciales y facilitar el inicio del proceso de duelo.”

Tras el accidente

Los Mossos han incorporado este año al procedimiento un nuevo ámbito de comunicación con las víctimas, posterior al momento en que se informa del hecho luctuoso. Esta comunicación se hace en dos tiempos, en torno a los diez días después de la fecha del accidente, para ver cómo están y explicarles que se levantará una acta y, posteriormente, al cabo de unos treinta días, y una vez los familiares hayan tenido tiempo para aportar los datos sobre los beneficiarios, para cumplimentar esa acta.

Como detalla el jefe de la División de Tráfico de la policía catalana, esta comunicación posterior tiene un doble objetivo: “El primero, como policía judicial, colaborar con la justicia para determinar la situación económica en la que quedan las víctimas de un accidente (familiares de los muertos o heridos graves) para que la fiscalía y el juez puedan impulsar la restitución económica, es decir, que cobren los seguros y los gastos que se les hayan generado lo más rápidamente posible. El segundo es detectar situaciones de vulnerabilidad social, personas que hayan podido quedar desamparadas sin recursos económicos porque la persona fallecida era quien aportaba los recursos económicos. En estos casos, avisamos a los servicios sociales para que actúen de forma urgente.”

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